
Pero en América Latina sucede todo lo contrario.
Lamentablemente las empresas siguen apostando a ahorrar dinero justo en el lugar más crítico: en el potencial humano. Me sobran ejemplos de empresas que consiguen grandes proyectos por cientos de miles de dólares (algunas manejan hasta millones), pero llegada la hora de invertir en sueldos, se busca pagar lo menos posible.
¿Es muy descabellado pensar que estamos arriesgando demasiado para ahorrar unos pocos dólares? ¿dejaremos nuestro negocio en manos de inexpertos? ¿la cara de nuestra organización serán un grupo de adolecentes que toman un viaje de trabajo como una aventura más?
Hace un tiempo que lo vengo repitiendo: si no estamos ya en la "Crisis de la Gestión de Proyectos", nos falta muy poco para estarlo.
Lamentablemente esta es la situación que veo todos los días aquí en Uruguay.
Artículo: Las 10 reglas de oro de Google
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