"¡NO A LOS PAPELONES!"

Si te perdiste de la nueva novela rioplatense, aquí tienes otro punto de vista del problema "las papeleras uruguayas y la contaminación en Argentina":



De paso, aprovecho:

Señores de "países desarrollados" y/o Papá Noel:


Sí, en Latinoamérica aún existen los indios... ¿cuando tengan un rato libre, pueden venir a colonizarnos? Gracias.

Visto en www.deugarte.com

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Para que escribas algo mas o por si no escuchastes, Uruguay está en tercer lugar en el mundo como país ecologista, segundo Finlandia y argentina está en el 45 lugar,entonces que les pasa? Pasa que se perdieron el negocio ellos y estan con bronca.

Enrique Place dijo...

Lo de indios no lo digo por el tema de la contaminación, para mi es casi secundario, lo digo por como se plantearon los problemas y como se defendieron, y hacia donde lo están llevando, ambas partes.

Creo que el tema podría ser cualquier otro con las mismas consecuencias si se actúa exactamente como ahora.

Creo que eso es lo más grave, lo de fondo, lo otro, es casi indiscutible porque existen pruebas, estudios, leyes, acuerdos, organismos, etc, elementos para negociar y salir de una vez.

¿Pero llevarlo a estos extremos, sin buscarle una salida coherente?

Esto parece peleas de adolescentes, y viendo quien brabuconea más y quién se achica antes. El nene grande prepotente contra el nene pequeño y "nabo".

Cualquier animal acorralado ataca, por lo tanto, nunca conviene arrinconar a tu contrincante sin darle un lugar para escapar.

Y lo digo por ambas partes.

Anónimo dijo...

-me encantó el video!!

salu2

Anónimo dijo...

Me encantó que a Paola le encante

Anónimo dijo...

Me encantó que a Paola le encante. Además trabajé en el documental con lo que tengo más chances que el Anónimo ese de los cojones. Juanpi

Anónimo dijo...

juanpi, ningun juanpi trabajo en esta pelicula
Asi se demuestra lo nabo que son.
Paola venite pal rancho si la queres ver.
salute

Enrique Place dijo...

Y yo pensé que el universo era lo infinito...

Anónimo dijo...

Enrique explicate mejor, no entendí porque dijistes eso, siempre sos mas explicito plis....

Enrique Place dijo...

Fue un chiste ;-)

Anónimo dijo...

Hola a todos los Argentinos coherentes de pensamiento…Soy un Uruguayos que vio el trailer de la pelicula y la verdad si les doy la razon en que es muy duro y poco realista con respecto a lo que pasa en el problema ambientalista entre comillas porque de eso no tiene nada…los trapos se lavan primero en casa…vallan sacando la lista de las empresas que contaminan hoy en argentina pero que no les da las agallas a la mayoria denunciar y en honor a esos pocos que si lo hacen pero que no son lo suficientes, tambien sin olvidaar que politico de turno los metio en esto , un camino de una sola via sin retorno…porque quien ahora que grito mucho se va a callar….mmm ….paradoja no….lastima por los que estan en la calle y no les pagan como a los cabezillas que maneja todo eso….latima a la reputacion argentina de esos pocos que muchas veces lucharon por obtener a costa de sus propias vidas y la coherencia de una nacion.
Creo que no es el fondo del tema las papeleras o la supuesta ignorancia de los Uruguayos…el problema es hacerle frente a esa correntada de corruptos que manejan con hilos de seda a ese argentino que incredulo lucha por una razon aparente y sin saberlo engañado…
La razon es la razon en si…despertar y tener los huevos suficientes para no ser manejado a antojo y ver para adentro de la casa y limpiar toda mugre para que tu vecion te mire con respeto y por encima de todas las cosas…para que el rio no sea rebuelto….porque si no ….ganana unos pocos….gracias por este espacio brindado…de un Uruguayo que tambien… intenta luchar adentro de su casa.

Anónimo dijo...

“Un hartazgo exasperado, liberador, que permite decir exactamente lo que se piensa, sin las intermediaciones represivas de la conveniencia o de la sociabilidad. El gran simulador es una enorme, ruidosísima puteada contra la estupidez. En la previsible oleada de críticas que se desató cuando se supo (o se imaginó) el contenido de la película, muchos calificaron a Montes-Bradley como un mero provocador. Y eso es justamente lo que es: el provocador que necesitábamos, el que nos dijera lo que a veces pensamos y nadie se atreve a decir.” Gustavo Noriega, El Amante, Buenos Aires

La película es un gran teatro del ansurdo llevado por un personaje volcado al dadaísmo que obliga a reflexionar sobre nuestras propias lenguas culturales. La irreverenccia de Montes-Bradley es un llamado a la discusión donde haya menos enojos y más reflexión. Horacio González, Director de la Biblioteca Nacional. Buenos Aires.

“El filme de Montes Bradley es una sátira, una humorada a risa franca; una farsa hecha y derecha; una comedia cinematográfica concebida como una oposición dialéctica; una mirada lúdica, impiadosa, arrojada, quizás valiente, quizás frívola, o al menos despreocupada pero siempre divertida o más bien festejante, a una intransigencia colectiva que la puesta en escena transforma en estupidez consuetudinaria. Un desenmascaramiento del peronismo rural y urbano desde la vereda de enfrente, que no queda en la orilla oriental del río Uruguay. Un arrojo humorístico políticamente más cercano a una rediviva y antipopulista revisión del Cándido de Voltaire que a cualquier tratado (anti)marxista.” Ronald Melzer, Brecha, Montevideo.

“El espectador sale remachadamente convencido de que los perseverantes ecologistas piqueteros sufren de algo parecido a un retraso mental que les impide disceir claramente entre un poquito de olor a huevo podrido y una hecatombe ambiental. Véala y comprobará que identificar a los estúpidos en la película de Montes-Bradley es mucho más fácil que en la vida real.” Natalia Uval, La diaria, Montevideo.

Montes-Bradley no es un fantasma recorriendo Occidente, pero tanta es la estupidez y la ceguera reinante, tanta la intolerancia a que a nuestras causas justas aparezca alguien que se oponga, que desde el vamos, sin que nadie sepa de qué habla, se convirtió, de un día para otro, en objeto de escaio público por parte de los asambleístas de Gualeguaychú, poniendo en evidencia la estupidez que el mismo Montes-Bradley denuncia en su documental. Guliiermo Piro. Perfil. Buenos Aires.

En la tradición de las Vidas de muertos de Ignacio B. Anzoátegui, Montes-Bradley es abiertamente escandalizador y recorre ese género infrecuente que podría clasificarse en una acción única: patear el tablero Julián Gorodicher. Página/12. Buenos Aires.

Con toques de humor e ironía, la película aporta una lectura distendida y enérgica del conflicto, que no se ha visto en los medios de cominicación Laura Gandolfo. Búsqueda. Montevideo.

Se carga de ironías y plantea hipótesis que son de absurdo puro, pero que en su devenir se convierten en materia de choque para obligar a repensar una situación que nadie puede aceptar por racional. La película ha sacado su mejor partido a un proceso presente para convertirse en un valioso ensayo Henry Segura. El País. Montevideo.

Anónimo dijo...

“Un hartazgo exasperado, liberador, que permite decir exactamente lo que se piensa, sin las intermediaciones represivas de la conveniencia o de la sociabilidad. El gran simulador es una enorme, ruidosísima puteada contra la estupidez. En la previsible oleada de críticas que se desató cuando se supo (o se imaginó) el contenido de la película, muchos calificaron a Montes-Bradley como un mero provocador. Y eso es justamente lo que es: el provocador que necesitábamos, el que nos dijera lo que a veces pensamos y nadie se atreve a decir.” Gustavo Noriega, El Amante, Buenos Aires

La película es un gran teatro del ansurdo llevado por un personaje volcado al dadaísmo que obliga a reflexionar sobre nuestras propias lenguas culturales. La irreverenccia de Montes-Bradley es un llamado a la discusión donde haya menos enojos y más reflexión. Horacio González, Director de la Biblioteca Nacional. Buenos Aires.

“El filme de Montes Bradley es una sátira, una humorada a risa franca; una farsa hecha y derecha; una comedia cinematográfica concebida como una oposición dialéctica; una mirada lúdica, impiadosa, arrojada, quizás valiente, quizás frívola, o al menos despreocupada pero siempre divertida o más bien festejante, a una intransigencia colectiva que la puesta en escena transforma en estupidez consuetudinaria. Un desenmascaramiento del peronismo rural y urbano desde la vereda de enfrente, que no queda en la orilla oriental del río Uruguay. Un arrojo humorístico políticamente más cercano a una rediviva y antipopulista revisión del Cándido de Voltaire que a cualquier tratado (anti)marxista.” Ronald Melzer, Brecha, Montevideo.

“El espectador sale remachadamente convencido de que los perseverantes ecologistas piqueteros sufren de algo parecido a un retraso mental que les impide disceir claramente entre un poquito de olor a huevo podrido y una hecatombe ambiental. Véala y comprobará que identificar a los estúpidos en la película de Montes-Bradley es mucho más fácil que en la vida real.” Natalia Uval, La diaria, Montevideo.

Montes-Bradley no es un fantasma recorriendo Occidente, pero tanta es la estupidez y la ceguera reinante, tanta la intolerancia a que a nuestras causas justas aparezca alguien que se oponga, que desde el vamos, sin que nadie sepa de qué habla, se convirtió, de un día para otro, en objeto de escaio público por parte de los asambleístas de Gualeguaychú, poniendo en evidencia la estupidez que el mismo Montes-Bradley denuncia en su documental. Guliiermo Piro. Perfil. Buenos Aires.

En la tradición de las Vidas de muertos de Ignacio B. Anzoátegui, Montes-Bradley es abiertamente escandalizador y recorre ese género infrecuente que podría clasificarse en una acción única: patear el tablero Julián Gorodicher. Página/12. Buenos Aires.

Con toques de humor e ironía, la película aporta una lectura distendida y enérgica del conflicto, que no se ha visto en los medios de cominicación Laura Gandolfo. Búsqueda. Montevideo.

Se carga de ironías y plantea hipótesis que son de absurdo puro, pero que en su devenir se convierten en materia de choque para obligar a repensar una situación que nadie puede aceptar por racional. La película ha sacado su mejor partido a un proceso presente para convertirse en un valioso ensayo Henry Segura. El País. Montevideo.

Anónimo dijo...

Sera que los últimos uruguayos coherentes son Galeano y Francescoli???
Lamentablemente se van a quedar sin agua y con la misma desocupación.
A propósito, vean An Inconvenient Truth, asi se ponen al tanto de lo que pasa en el mundo.

Enrique Place dijo...

Las generalizaciones nunca fueron justas... pero lo lamentable es que no encuentro tampoco buenos ejemplos del lado argentino, ni por el tema de la contaminación, ni por el tema político, ni por el respeto al prójimo, ni a otros países, etc.

No estoy de acuerdo con muchas cosas de los uruguayos, ni por el proceder en muchos sentidos por el tema de las pasteras, pero de ahí a decir que cualquier de las partes tiene la verdad absoluta... es ridículo.

Más que la contaminación lo que verdaderamente molesta es la hipocresía.

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